sábado, 1 de agosto de 2015

LA FELICIDAD...

Publicidad de los primeros años 50.
Destaca en la misma las sucursales que tenia el negocio en la comarca.

Seguro que los mas mayores de nuestras casas recordaran ese establecimiento antológico que hizo las delicias de grandes y pequeños y donde sus productos siempre acompañaban una comida, una tertulia haciendo un momento perfecto.
Sus productos tenían tanta fama que el señor Saturnino Martín Colinas gano varios años el concurso que año tras año organizaba la Cámara de Comercio de Valladolid en la que se hacían toda clase de dulces caseros, entre ellos magdalenas, mantecadas y las famosas tortas de San José, las cuales acompañaban diariamente a los riosecanos en sus desayunos.

La señora Felicidad con José Antonio Lobato, ya comenzaba
su vocación por las relaciones publicas, aquí como presentador.

En Semana Santa la estrella de los dulces era la rosquilla de palo, las cuales eran admiradas por riosecanos y forasteros. Todavía hoy recordamos las de mayor tamaño, eran una autentica obra de arte por la decoración que llevaban estas, estaban decoradas con lazos como de un regalo se tratasen creando gran vistosidad y atractivo, pero la verdad es que nadie las ha hecho como la señora Milagros.

Milagros entregando una de las famosas rosquillas a
Maria Teresa Iñigo de Toro.

Todavía hoy a Milagros y Almudena las paran por la calle para recordarlas la bollería tan rica que hacían ya que muchos de estos acompañaban la hora del recreo, con ensaimadas, ochos y herraduras, momentos en los que el despacho estaba siempre lleno.
Muchos recogían las ensaimadas en el obrador y ya se las llevaban, cuando iban al colegio y en muchos casos  las iban comiendo y esta anécdota también se la recuerdan en el ir y venir diario de la vida de Rioseco ya que eran muy blanditas y jugosas.


La señora Felicidad en el patio de columnas del Ayuntamiento acompañada
por Milagros y una selección de productos.

Pero no solo estas eran las reinas del despacho, también los bollos de aceite, manteca, hojaldres, pastas de almendra, de mantequilla y de flora, cocadas, pelusas, rosquillas de sartén y bollería de hojaldre, tortas de leche, que con chocolate estaban riquísimas.
Y todo esto atendido por la señora Felicidad persona con una amabilidad difícil de encontrar. Muchos de estos jóvenes la contaban sus problemas cuando los frailes, hoy Vittoria Colonna fue Centro de Formación Profesional.    

Uno de los antiguos trabajadores Jesús, El Chirri.
Partiendo un pan lechuguino en la demostración gastronómica
en el patio del Ayuntamiento

El pan lechuguino tenia una característica, se hacia el dibujo a mano, con una llave de bronce, pero como las de abrir las puertas antiguamente. 

Fotografía en una demostración gastronómica en el paseo con Saturnino y
Felicidad  y Almudena, nieta de los protagonistas de esta historia.
Al lado de Saturnino un joven Cartucho que exponía pinchos.

Durante las fiestas de San Juan se hacían demostraciones gastronómicas. Exponían negocios de hostelería, confitería etc.

Sirva esta entrada para dar un homenaje aquella familia que tantos momentos nos endulzo con un gracias de este servidor y que ha dado tanta fama a una de nuestras tres columnas, Semana Santa, Monumentos y Repostería...

1 comentario:

  1. Tanto a Milagros, mi abuela, como a sus hijos y nietos nos ha hecho ilusión leer este artículo. Gracias de parte de la familia. He crecido oyendo a gente que aún recuerda el sabor de los dulces de La Felicidad y yo (que no soy de los afortunados que pudieron probarlos) solo puedo deducir, por sus cariñosas palabras, que sabían un poquito precisamente a eso, a "felicidad".

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