miércoles, 15 de junio de 2016

Un día con la Duquesa...

Hoy nos trae a Rioseco el recuerdo de sus celebres ferias, aquellas ferias de fama universal que fueron timbre y blasón de Castilla.
En un día de mercado ... Rioseco presenta una inusitada animación.
¡ Si como por arte de magia pudiéramos vivir unos instantes la vida de Rioseco en el siglo XVI, cuando sus renombradas ferias culminaban en el mercado del mundo!
¿Que no puede la imaginación?
Esto es Rioseco. La Duquesa Vittoria Colonna, con sus hijos, se ha gozado unos días de la paz de sus campos y concedido audiencia algunos ilustres riosecanos que han ido en demanda a la augusta señora en servicio de la ciudad.
Con el brillo de los Almirantes y los privilegios de Ferias anuales, Rioseco escala al primer puesto, el puesto de honor en el mercado de Europa.
Se ha dignado Doña Vittoria a pasear por las calles de Rioseco. ¡Esplendida y luminosa aparece la feria! En la Rúa, buscando el mayor negocio los mercaderes de cendales, paños de oro y sedería, tapices y lienzos de ruanes presentan en deslumbrante exposición lo mejor que se fabrica en la tierra.

Un claro ejemplo de negocio en la vieja calle comercial.

Se ha detenido Doña Vittoria delante de los plateros y joyeros ofrecen allí cintillos de filigrana, collares de aljoferia, piedras ricas, anillos y brazaletes engarzados de perlas, diademas suntuosas...
Pero acaso Doña Vittoria, admirando todo no ha comprado nada. Su humildad se complace mas en adquirir en la calle de los Pañeros, artículos necesarios y útiles; los famosos paños. Mas que las tiendas de joyas, llévense la simpatía de Doña Vittoria las modestas mercaderías de calcines y picotes, ropas hechas de calcer y de sayal, ante las que se agrupan los numerosos riosecanos que populan hoy por el mercado.
¿ Que puede pedirse en Rioseco que no se adquiera al instante ? La fama mundial del mercado se sustenta sobre base justísima.
Y como no solo de pan vive el hombre, cerca de la calle de los lienzos, en la plazuela de Santa Ana, se dirige hablar a una casa de un mercader famoso que alquila la vivienda a los Benavente y así transcurre una jornada exuberante y riquísima.
¿Que queda hoy del antiguo fulgor de las celebres ferias de Medina de Rioseco?
La decadencia de estas ferias en el rodar de los siglos es notoria. Y sus causas bien conocidas. Mas no es este el lugar mas adecuado para señalarlas.
De lo nuevo a lo viejo destacase una ventaja relevante; la facilidad de los transportes. Y sin embargo la feria de Rioseco, en su secular esplendor, queda solo en vestigios.
Mas la nota pintoresca de la entrada de hoy, al recuerdo del ayer, mas vale el viaje a la Ciudad de los Almirantes...

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