Gracias al traqueteo y al vapor de su locomotora, este pequeño milagro, llamado coloquialmente Tren Burra, atravesó toda la Tierra de Campos, entremezclando la tranquilidad de la agricultura cerealista de nuestra comarca, con la imagen puramente industrial, de la maquina de vapor.
Traviesas y raíles que ayudaban a conectar esta tierra con la capital y con otros tramos, haciendo el enlace perfecto para el transporte de cereal y otros derivados, y también para el transporte habitual de personas, dando entrada y salida a mercancías de la zona, en definitiva el tren supuso un enorme servicio para todas las gentes de nuestra comarca.
Una estampa cercana y seguro que anacrónica seria la de al llegar el final del día, ver acercándose a la estación de abajo con toda la mercancía preparada, a los ricos industriales y comerciantes, sellando el recibo de portes y gastos, para poder expedir el cobro y así subir al tren la mercancía, para su posterior venta en la capital.
Los tiempos pretéritos son para recordarles con anhelo y con cariño, pero siendo sinceros el llamado Tren Burra llego en plena innovación industrial, y pronto tuvo que competir con el transporte en carretera, tanto de viajeros como de mercancías, haciendo estos mas rápidos y cómodos. pero sin embargo el tren trajo la modernización de una población típicamente agrícola y aislada, de los grandes núcleos poblacionales...
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